Reserva Nacional
de Riaño
León
77.800 ha
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DÓNDE SE ENCUENTRA
La Reserva Regional de Caza de Riaño tiene una ubicación inmejorable, al estar rodeada de un conjunto de espacios cinegéticos y protegidos de gran calidad. Al oeste limita con la Reserva Regional de Caza de Mampodre (León), al noroeste con la Reserva Regional de Caza de Caso (Asturias), al norte con el Parque Nacional de Picos de Europa, al noreste con la Reserva Caza de Saja (Cantabria) y al este con la Reserva Regional de Caza de Fuentes Carrionas (Palencia).
LA CAZA
La actividad cinegética de este territorio es óptima. Dispone de una amplia oferta, con abundancia de piezas y calidad de trofeos. Todo ello dentro de un entorno de singular belleza, que nos proporcionará unas jornadas de inigualable caza. Podremos poner a prueba nuestra destreza y forma física en los recechos de rebeco por el Yordas, La peña Ten, el Friero, o detrás de los bandos de perdices "rubias" y "pardas" en los espléndidos cazaderos del Naranco, Luriana, Pandetrave.
Aguardaremos la salida del sol en Valdosín, el Zalambral, Mirva, Horcadas... esperando al esquivo corzo, o escucharemos como se desafían los grandes venados de Guspiada, Valponguero, Valdeón, Sajambre, ... que llevaremos a cabo allí donde la montanera sea más abundante.
Todos los años la Delegación aprueba un Plan con los cupos de las diferentes especies cinegéticas y reparte los permisos a los diferentes propietarios de los terrenos. Los que corresponden a la propia administración se sortean entre cazadores que participen en dichos sorteos y los del resto de propietarios, ayuntamientos y propietarios privados los disfrutan, venden o subastan en función de su cupo.
Si quiere participar en los Sorteos:
Si quiere adquirir un Permiso de Propietarios:
EL PAISAJE
Es una tierra formada por un mosaico de ambientes, donde podremos contemplar algunos de los principales paisajes de la cordillera cantábrica, tanto de su vertiente continental como atlántica. El valle de Riosol, Valdeburón y la comarca de Riaño, lugar de nacimiento del río Esla, nos muestran un paisaje de tierras calizas, con alturas que rondan los dos mil metros, de laderas cubiertas de hayedos, robledales y matorrales, y con unas extensas vegas de pastos, principal fuente de alimento de la cabaña ganadera.
Las Tierras de la Reina son un paisaje montañoso de conglomerados, surcado por largos valles, que se abren a ambas márgenes de su río principal, el río Yuso. Sus laderas tienen suaves pendientes, pero de una longitud que nos parecerá interminable si osamos ascender a alguna de sus cimas. Esto es debido a que sus cotas rondan los dos mil metros (Tres Provincias 2497 mts, Los Vallines 2145 mts, El Abaceo 2010 mts...). La vegetación dominante la constituyen las zonas de matorral y algunos robledales, y en las estrechas vegas que posee se asientan algunas praderas.
En la parte norte de la Reserva se localizan los valles de Valdeón y Sajambre. Los dos vierten sus aguas al mar Cantábrico por los ríos Cares en Valdeón y Sella en Sajambre. Ambos cursos fluviales se han abierto paso a través del macizo de Picos de Europa originando dos espectaculares desfiladeros, el de los Beyos en la cuenca del Sella y el del Cares en el río del mismo nombre.
En estos valles, la cordillera nos ofrece su cara más agreste y húmeda. Esto se refleja en pendientes pronunciadas, espléndidos bosques de hayas, valles estrechos y abundantes zonas de pastos.
FLORA Y FAUNA
La gran diversidad de ambientes que configuran esta Reserva, propicia la existencia de una enorme variedad de flora y fauna. Algunas de estas especies encuentran en estos parajes su último refugio, como el caso del oso pardo, el urogallo cantábrico, la perdiz pardilla, la liebre del piornal.
Los bosques que nos encontramos son robledales y hayedos, los primeros en las laderas más soleadas y los segundos en las más umbrías. También abundan los tejos, acebos, servales, mostajos, avellanos y abedules, además de arándanos, zarzamoras, frambuesas... Estos ambientes dan cobijo a carboneros, mosquiteros, agateadores, pinzones, arrendajos, petirrojos... entre las especies más agradecidas de ver. Existe otra variedad de animales que también buscan cobijo, cuya observación es más difícil de ver, como corzos, martas, azores, cárabos, y en los rincones más recónditos el urogallo cantábrico y el oso pardo.
En los extensos brezales y piornales, la especie más conocida es el ciervo y la perdiz pardilla. Pero mucho más abundantes y sencillos de observar, tenemos a un pequeño ejército de pajarillos; escribanos, acentores, tarabillas, pechiazules, currucas, mirlos.
En ambas márgenes de los ríos y siguiendo fielmente su trazado, se asientan chopos, sauces, álamos y abedules. Sirven de albergue a mirlos y ruiseñores y también, indican a los pescadores los cauces donde se cobija la trucha común. Comparten los ríos con todos ellos desmanes, mirlos, acuáticos, lavanderas y alguna que otra nutria. Y por último los pastizales, tanto en las vegas como en las zonas de alta montaña, nos encontramos junto con alondras, bisbitas, roqueros y chovas, y ciervos, corzos y rebecos.
LOS PUEBLOS
La Reserva incluye a 35 pueblos agrupados en seis ayuntamientos: Acebedo, Boca de Huérgano, Burón, Riaño, Sajambre y Valdeón.
Sus pueblos siguen conservando un ambiente rural. Casas con huertos, pequeñas galerías de madera, y bancos de piedra en la puerta donde poder sentarse y conversar apaciblemente. Son pueblos ganaderos, como lo muestra el cotidiano ir y venir de las vacas a los prados que rodean a las poblaciones. Esta actividad principal se enfrenta hoy aun futuro incierto.
Todos los pueblos conservan una estructura y unas construcciones tradicionales, a base de piedra y teja, propias de los pueblos de la montaña. Riaño, o mejor dicho, el Nuevo Riaño, es la excepción. Construido hace unos años, en un lugar próximo a donde se ubicaba la antigua población, hoy bajo las aguas del pantano, ofrece una fisonomía más moderna sin perder su aire rural, pensado como pueblo de servicios para los habitantes de la zona y para el sector turístico.
En la mayoría de ellos se conservan unas construcciones muy peculiares, los hórreos. Son sólidas estructuras de madera con el techo de escobas, paja o tela, y elevada del suelo entre uno y dos metros por sólidas piedras labradas. La función que tienen es servir como granero para los duros inviernos.
Los festejos tradicionales están volviendo a adquirir el auge de otros tiempos; romerías, festejos populares, partidas de bolos, corros de lucha, ferias de ganado y productos de la zona... Otro tanto ocurre con la fabricación artesanal de quesos y embutidos, elaborados con dedicación, siguiendo los antiguos métodos tradicionales.
ADEMÁS DE CAZAR
La reserva regional de caza de Riaño no es sólo un espacio reservado a los cazadores en sus jornadas de caza. Al finalizar las cacerías, cazadores y acompañantes pueden disfrutar de estos parajes, realizando otro tipo de actividades, enmarcadas dentro del ocio y el turismo rural, que completarán su estancia en este valioso rincón de la montaña leonesa.
La mayor parte de la reserva está incluida en el espacio natural protegido denominado Parque Regional de Picos de Europa de Castilla y León. Este parque se creó el 18 de Julio de 1994, con la finalidad de contribuir a la conservación de sus ecosistemas naturales y valores paisajísticos en armonía con los usos, derechos y aprovechamientos tradicionales, y con el desenvolvimiento de actividades educativas, científicas, culturales, recreativas, turísticas o socioeconómicas, compatibles con la protección del espacio.
A pie o en bicicleta e incluso a caballo, pasearemos por sus veredas, atravesando campos y pueblos, entendiendo a su paso los valores naturales que han llevado a la inclusión de este territorio en la Red de Espacios Naturales Protegidos de Castilla y León.
La observación de fauna o la caza fotográfica es una apasionante actividad que podemos realizar. Debemos recordar, que para la práctica de esta actividad sobre determinadas especies es necesario solicitar un permiso especial.
La gastronomía en la zona es exquisita, a base de comida casera elaborada con esmero, y siempre que es posible, utilizando los productos de la tierra.
En las épocas más cálidas, el embalse de Riaño nos ofrece la posibilidad de practicar algunos deportes náuticos, y para los amantes de la pesca, desde Marzo a Agosto, tendrán la posibilidad de comprobar su destreza tratando de engañar a las truchas que pueblan las aguas de los numerosos arroyos de la zona.
Para más información consultar las direcciones web www.turismocastillayleon.com
Fuente: Delegación de Medio Ambiente de Castilla y León